viernes, 3 de junio de 2011

La "orden Laconia"

En 1942 el jefe supremo de la Kriegsmarine alemana, almirante Dönitz prohibió a los submarinos el rescate de los supervivientes encontrados en el mar. Para un marino la  "ley del mar" le obligaba moralmente a ayudarles, pero la que se conoce como "orden Laconia" obligaba a los comandantes a abandonar a los supervivientes a su suerte.Tildada de inhumana, fueron los propios Aliados quienes, quien sabe si involuntariamente o por ineptitud,motivaron tan terrible orden.

El Kaleun Hartenstein (Con gorra blanca) con parte de su tripulación, en el puente
Son las 20:00h del 12 de Septiembre de 1942, cuando el U-156, un submarino tipo XI que patrulla por el Atlántico frente a la costa de Liberia, divisa una columna de humo en el horizonte. Al mando, el Korvettenkapitän Werner Hartenstein mantiene la nave sumergida e intenta estudiar desde la lejanía al buque a través del periscopio. No quiere arriesgarse a ser visto y perder el factor sorpresa, gran baza de los submarinos, que son la mitad de rápidos que cualquier buque de escolta y de los que les resulta muy dificil escapar. Pero el tiempo corre y en el horizonte no aparecen nuevas columnas de humo, es mas, ahora desde mas cerca acierta a distinguir la silueta de un barco mercante. Un mercante que navega solo sin escoltas y al borde del anochecer. No podría ser presa mas fácil para un U-Boot.

La misión de los submarinos es vital para el desenlace de la guerra en África:  Atacar las lineas de suministro aliadas. Cada carguero aliado que los U-Boot destruyen, son miles de toneladas de armas, munición, repuestos y demás material que acaban en el fondo del mar, armas de las que se priva a las fuerzas de Montgomery, que en esos momentos están dando un duro golpe en El-Alamein al Afrika Korps germano.

RMS Laconia
Son las 21:00h. Cerciorado de que el mercante navega solo, Hartenstein ordena salir a superficie y poner rumbo al él. Amparado por la oscuridad de la noche, el U-156 se situa sigilosamente en posición de ataque a un costado del mercante. La situación es perfecta. A las 22:22 ordena inundar los tubos 1 y 3 y abre fuego. Los torpedos se deslizan a través del agua con un zumbido agudo e impactan en el casco del barco, que súbitamente se vé envuelto en llamas. "Jawohl!" exclama un oficial en la cubierta del sumergible. Un disparo perfecto, la euforia del trabajo bien hecho recorre el puente como la pólvora. Aún no saben la tragedia que se va a desencadenar.

El mercante era en realidad el RMS Laconia, un antiguo crucero de la White Star Co. (La misma que el Titanic) que había sido reconvertido a transporte y armado con 8 cañones por necesidades de la guerra. Su capitán Peter Sharp ordena mandar el siguiente mensaje por la frecuencia de emergencia:

SSS SSS SSS 0434 SUR 1125 OESTE LACONIA TORPEDEADO

Hartenstein ordena acercarse al mercante, que ha empezado a escorar por el lado en que ha recibido los dos impactos. Sorpendidos, la tripulación del U-156 vé como el mar se ha convertido en un hormigueo de brazos salpicando el agua por todas partes. Aquí y allá hay supervivientes que suplican auxilio y botes salvavidas cargados de gente. Entre ellos hay mujeres y niños. Algo no está bien. Ya no hay euforia. Tras conseguir izar a algunos a la cubierta del submarino, se topan con un hombre en el agua que les habla en alemán y dice ser italiano.

Almirante Dönitz
El Laconia, cuya tripulación componían 136 marineros, transportaba a 1500 prisioneros de guerra italianos camino de inglaterra custodiados por unos 160 soldados polacos. Además, llevaba a 268 soldados británicos que volvían a casa de permiso y 80 mujeres y niños. En total, algo mas de 2400 almas. El naufrago cuenta como la tragedia se ha cebado especialmente con sus compatriotas: Hacinados en celdas, los guardas polacos no solo no han abierto las puertas, convirtiendo los restos del Laconia en su tumba, sino que además, en medio de la agitación han disparado contra aquellos que habían conseguido salir de ellas.

Ante este panorama, Hartenstein decide intentar rescatar a los supervivientes, aunque pronto la cubierta del sumbarino se queda pequeña. En ella se acomodan como pueden 193 personas mas otras tantas en cuatro botes salvavidas que consiguen amarrar al casco, pero queda mucha gente aún en el agua. Desbordado decide radiar un mensaje al BdU (Mando de submarinos) informando de la situación:

Hartenstein hunde birtánico Laconia STOP cuadrícula 7721 310 grados desgraciadamente con 1500 prisioneros italianos STOP hemos rescatado a 90 STOP 157 CMB STOP 19 AALE, passat 3 STOP Solicito instrucciones STOP

La noticia coge por sorpresa al BdU. Desconcertados y temerosos por que los aliados conozcan la situación y puedan atacar a Hartenstein, deciden informar al mismísmo almirante Dönitz, al que tienen que sacar de la cama en mitad de la noche. Dönitz ordena movilizar a otros cuatro submarinos que se encuentran en la zona para ayudar al U-156

Schacht, Elsbär, Würdemann, Wilamovitz reunirse Hartenstein 7721 rescate naufragos, deprisa.

Entre tanto, Hartenstein sigue serpenteando por el mar repleto de cuerpos y restos del naufragio, intentando agrupar como puede a los supervivientes e izando a aquellos que quepan en el escaso espacio libre de la cubierta. Han pasado ya muchas horas y se siente vulnerable ahí quieto en el lugar del pecio. Teme poder ser atacado aprovechando la desventaja, por lo que ordena que el siguiente mensaje sea radiado constantemente en todas las frecuencias y en inglés informando de su situación:

No atacaré a ningún barco que acuda en auxilio de los naufragos del Laconia a condición de no ser atacado yo mismo por buques ni aviones STOP he rescatado 193 hombres STOP 4,53 Sur 11,23 Oeste STOP submarino alemán STOP

La misma preocupación parece recorrerle por el cuerpo a Dönitz. No se fía. Ha reunido a 4 de sus submarinos en un punto y ha predicado a los cuatro vientos su posición. Son un blanco fácil y teme un ataque, por lo que ordena hacer llegar el siguiente mensaje a sus barcos:

No comprometer seguridad buques. Dispuestos para inmersión en todo momento. No embarcar mas naufragos de los que comprometan maniobra inmersión.

Al mismo tiempo Dónitz se pone en contacto con el almirantazgo de la Francia de Vichy para solicitar que se hagan cargo de la situación. Estos ordenan zarpar a varios buques desde Senegal y Costa de Marfil con orden de encontrarse en un punto acordado con los sumergibles alemanes.

Todo se desarrollaba con angustiosa lentitud. No fué hasta el 15 de septiembre a mediodía, mas de dos días despues, cuando el primero de los submarinos, el U-506 de Wünrdemann llegó al lugar del naufragio. Le siguió horas mas tarde el U-507 capitaneado por Haro Schacht. Rápidamente se apresuran a recoger cuanta gente pueden y amarran a sus cascos 4 o 5 botes salvavidas cada uno y para que no quede duda de su misión pacífica, todos enarbolan la bandera de la cruz roja sobre las cubiertas de forma que sea perfectamente visible. Sin perder tiempo se apresuran a partir hacia el punto de encuentro acordado con los barcos franceses.

U-506 fotografiado desde el U-156 durante el rescate de los supervivientes del Laconia
 Pero durante la noche del 15 al 16 de septiembre, en un suceso que no está muy claro, varios de los botes amarrados al U-156 se sueltan de sus estachas y quedan a la deriva. Hartenstein ordena dar la vuelta y volver a buscarlos, tarea que les llevará hasta el amanecer. La mala suerte quiso que este tiempo perdido quizas propiciase el fatal encuentro.

A las 11:25 del día 16, apenas poco despues de conseguir volver a reanudar la marcha tras el incidente de los botes, salta la alarma. Las tripulaciones de los U-Boot divisan un avión al que identifican como enemigo.

Se trata de un B-24 Liberator norteamericano que se encuentra de patrulla. Al mando el teniente James Harden, divisa a los submarinos. Realiza varias pasadas a baja altura sin hacer amago de atacar, ni de ser atacado. Hartenstein escribirá en su cuaderno de bitácora que él mismo hace señales en morse con la linterna e intenta comunicarse por radio con el Liberator solicitándole ayuda. No obtiene respuesta alguna. Es imposible que Harden o la tripulación del B-24 no hayan visto la enorme cruz roja o, en su defecto, a toda esa muchedumbre hacinada en las cubiertas de los submarinos.
U-156, el día 16 de septiembre, poco antes de toparse con el B-24

Harden, despues de realizar varias pasadas, da la vuelta y comunica por radio con su base en la isla de Ascensión que ha avistado a los submarinos. Informa que no portan bandera de combate alguna sino una enorme cruz roja. Dice haber intentado comunicarse mediante señales luminosas, pero que no ha recibido respuesta que puedan entender y solicita que le den instrucciones de como proceder. La respuesta que recibe por radio es contundente: "Hunda los submarinos". Incompresiblemente, a pesar de haber notificado la bandera de la cruz roja los oficiales de guardia en Ascensión le ordenan atacar.

Harden obedece las instrucciones. Da la vuelta y se aproxima de nuevo al U-156. Hartenstein describiría en el cuaderno de bitácora el segundo encuentro con al Liberator de Harden:

12,32 horas. Vuelo de un aparato del mismo tipo. Pasa a 80 metros de altura próximo a la proa, arroja dos bombas con intervalo de unos tres segundos. Mientras efectuamos el remolque de cuatro botes, el avión arroja una bomba más en medio de los mismos. Un bote zozobra. El avión da vueltas por las inmediaciones y arroja al cabo de algún tiempo su cuarta bomba a unos dos mil o tres mil metros. Nueva pasada y otras dos bombas, una estalla de lleno bajo el casco. La torre desaparece en medio de una cortina de agua. El casco y la proa acusan vías de agua. Ordeno todos los británicos fuera de bordo. Después: italianos fuera de bordo. (No tengo salvavidas para ellos.)
13,11 horas. Comunico en cuatro ondas distintas interrumpo salvamento. Los náufragos pasan a los botes. A los últimos hay que violentarlos ligeramente. Me informo sobre vía de agua. No se ha
producido. 

13,45 horas. Sumergido. En marcha con rumbo 270 grados.

 El U-156 se alejó en inmersión con el periscopio y las baterías dañadas y con vias de agua menores que repararon sin problemas. Pudo ser peor. Los supervivientes del Laconia que quedaron a merced del mar, sin agua ni provisones, muchos de ellos heridos y sin sitio pra todos en los botes. A las 23:04h Hartenstein comunica por radio al BdU

De Harteinstein. "Liberator" americano bombardeó cinco veces a escasa altura mientras remolcaba cuatro botes, a pesar de tener sobre el puente con buena visibilidad bandera Cruz Roja cuatro metros cuadrados. Periscopio averiado. Interrumpo salvamento, me alejo hacia el Oeste. Reparo averías.
 
La respuesta de Dönitz a Hartenstein fué la siguiente:

Seguridad del submarino no debe en ninguna circunstancia ser puesta en peligro. Todas las medidas, incluso la de interrumpir el salvamento, hay que ponerlas en práctica sin contemplaciones. Suponer cualquier respeto por parte del adversario es totalmente erróneo ...
 
Para rematar, negándose a abandonar a merced del mar a los naúfragos, se personaron en el lugar del ataque el U-506 y el U-507 para intentar recoger a cuantos supervivientes pudieran. El resultado se saldo con un nuevo ataque aéreo (Se creo que del mismo Harden) que el U-506 pudo esquivar gracias a una rápida inmersión.
U-506 rescatando un bote

El desenlace de la historia no pudo ser mas dramático. De las cerca de 2400 personas que transportaba el Laconia, lograron salvarse entre 900 y 1100. Los naúfragos con mas suerte fueron rescatados a los pocos días por la flotilla francesa que partiera a petición de Dönitz el día 13. Otros mucho permanecieron a la deriva durante semanas, rodeados de muerte por insolación, deshidratación e inhanición cuando no de las propias heridas. El caso mas extremos fué el de un bote rescatado 39 días después con 5 supervivientes y 19 cadáveres.

Pero la consecuencia mas importante del encontronazo del U-156 de Hartenstein con el Liberator de Harden, fué la expresa e inmediata prohibición por parte de Dönitz de realizar cualquier operación de rescate de los supervivientes, los cuales debían ser abandonados a su suerte a merced del mar. La conocida como "Orden Laconia".

Apéndice
  
El capitan del Laconia, Peter Sharp se hundió con su barco aquel 12 de septiembre de 1942.
 
Tanto el U-156, como los U-506 y U-507 fueron hundidos durante su siguiente patrulla, todos ellos al ser alcanzados por la aviación. En concreto, el U-156 fué a pique el 8 de marzo de 1943 cerca de las Barbados. El Kaleun Hartenstein pereció junto con toda su tripulación.

El B-24 del teniente Harden, realmente estaba destinado a Egipto y se encontraba en Ascensión siendo reparado, pues había sufrido una avería en su vuelo desde EEUU. De no haber sufrido este incidente, ningún avión hubiera podido haber llegado hasta el U-156, pues los B-25 Mitchell destinados en Ascensión no tenían autonomía para llegar tan lejos. Después de ser reparado se dirigió a su destino en oriente medio. Se estrelló en Palestina el 18 de octubre de 1942 resultando ilesos todos sus ocupantes.

Paradójicamente, la "orden Laconia" fué uno de los argumentos de la acusación contra Dönitz durante el proceso de Nuremberg.

jueves, 2 de junio de 2011